Porque no estamos luchando contra fuerzas humanas, sino contra las fuerzas espirituales y sobrehumanas del mal, que dominan y gobiernan este mundo de tinieblas.En momentos de dificultad, debemos recapacitar las promesas de protección y seguridad contenidas en el Salmo 91. Y en momentos de alegría y devolución, debemos entonar alabanzas como las